Mayo 2012, Rebecca Ray y Sara Kozameh
Personas que observan a la economía podrían ser perdonadas por haber esperado que Ecuador sufriera terriblemente en 2009, cuando tanto las exportaciones de petróleo como las remesas del exterior sufrieron un colapso. Además, sin su propia moneda, las opciones del gobierno para responder fueron limitadas. Pero Ecuador perdió sólo un 1,3 por ciento del PIB durante tres trimestres, y la economía volvió rápidamente a los niveles de producción anteriores a la recesión. El éxito de Ecuador contó con soluciones creativas para estimular el crecimiento en una economía dolarizada. El sector de construcción ha liderado la recuperación, apoyado por nuevos programas de asistencia de vivienda. La liquidez ha regresado, gracias a las tasas bajas de interés, y a nuevos requisitos para los bancos de mantener al menos el 45 por ciento de sus reservas en Ecuador. Finalmente, se ha fortalecido la red de seguridad social, con la expansión del Bono de Desarrollo Humano a través del acercamiento a las familias elegibles y un aumento en la financiación de la educación. Como resultado, una recuperación rápida y sostenida del PIB ha sido acompañada por una caída en la pobreza y el desempleo y un aumento dramático en la matrícula escolar.