•Press Release
7 de agosto 2007
Para publicación inmediata: 7 de agosto, 2007 (fecha original de publicación en inglés)
Contacto: Dan Beeton, 202-293-5380 x104
Washington, D.C.: El Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR, por sus siglas en inglés) se complace en anunciar la publicación del artículo, “Diez años después: El impacto duradero de la crisis financiera asiática” por el economista y codirector de CEPR, Mark Weisbrot. Este artículo, publicado diez años después del comienzo de la crisis financiera en el Este de Asia en julio de 1997, será parte de un libro, a ser publicado próximamente, por el Woodrow Wilson International Center for Scholars. La publicación del artículo también se realiza justo antes del décimo aniversario del colapso de la economía indonesa (agosto 14) – un foco central de la crisis regional.
En el artículo se argumenta que diez años más tarde, el impacto más importante a largo plazo de la crisis financiera en el Este de Asia, ha sido el de iniciar un proceso que ha llevado al colapso de la influencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre los países de mediano ingreso. En parte, esto fue resultado de la actuación del Fondo durante la crisis, la cual se detalla en el artículo y que fue percibida ampliamente como un gran fracaso.
“En parte como resultado de su experiencia con la crisis, los países asiáticos de mediano ingreso buscaron la manera de romper con la influencia del FMI por medio de la acumulación de una gran cantidad de reservas,” comentó Weisbrot, quien es codirector de CEPR. “La autoridad y credibilidad del FMI fueron socavadas aún más durante la crisis argentina de 1998 a 2003 y, en años recientes, la disponibilidad de fuentes alternativas de crédito, particularmente en América Latina, ha llevado al colapso de la influencia del FMI en esa región y entre países de mediano ingreso en general.”
El autor sostiene que este es el cambio más importante en el sistema financiero internacional desde la caída del sistema de Bretton Woods en 1973. También concluye que en un futuro previsible, cualquier reforma financiera positiva ocurrirá a nivel nacional y regional – por ejemplo, con la extensión de acuerdos como los de la Iniciativa de Chiang Mai, que son acuerdos bilaterales recíprocos de crédito. Esto ocurre porque los países de alto ingreso no tienen una voluntad significativamente mayor de apoyar reformas al nivel del sistema financiero internacional o de instituciones multilaterales de la que tenían diez años atrás. Para los países de bajos ingresos, en donde el FMI todavía retiene su rol de “guardián del acceso” a los créditos oficiales, también será importante romper con su dependencia con el Fondo para así poder seguir políticas macroeconómicas y de desarrollo más efectivas y atender a necesidades humanitarias urgentes.