06 Marzo 2013
Mark Weisbrot
Al Jazeera English, 5 de marzo, 2013
Página/12, 7 de marzo, 2013
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Una vez Bertrand Russell escribió sobre el revolucionario americano Thomas Paine, “Él tuvo fallos, como cualquier otro hombre; pero fue por sus virtudes por las que él fue odiado y exitosamente calumniado”.
Esto ha sido verdaderamente cierto en Hugo Chávez Frias, quien fue probablemente más demonizado que ningún otro presidente electo en la historia de la humanidad. Sin embargo, fue repetidamente reelecto por amplios márgenes, y el luto lo llevarán no solo los venezolanos, sino muchos latinoamericanos que aprecian lo que él hizo por la región.
Chávez sobrevivió a un golpe militar respaldado por Washington, y a huelgas petroleras que paralizaron la economía. Pero una vez obtuvo el control de la industria petrolera, su gobierno redujo la pobreza en la mitad, y la extrema pobreza en un 70 por ciento. Además, millones de personas accedieron al Servicio de Salud por primera vez, y el acceso a la educación también se incrementó espectacularmente, doblando la tasa de matriculación universitaria y haciéndola gratuita para muchos. El derecho a las pensiones públicas se ha triplicado. Él mantuvo su promesa de campaña al compartir la riqueza del petróleo con la mayoría de Venezuela, y eso será parte de su legado.
También será la segunda independencia de América Latina, y especialmente de Sudamérica, la que es ahora más independiente de Estados Unidos de lo que es Europa. Por supuesto esto no podría haber sucedido sin los amigos cercanos y aliados de Chávez: Lula en Brasil, Los Kirchners en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, y otros.
Pero Chávez fue el primero de los presidentes de izquierda democráticamente-electos en los pasados 15 años, y jugó un rol muy importante; mire lo que estos colegas dirán de él y encontrará que aquello es mucho más importante que lo escrito en la mayoría de otros obituarios, anti-obituarios, y comentarios. Estos gobiernos de izquierda han hecho, además, considerables avances reduciendo la pobreza, incrementando el empleo, y elevando los niveles de vida en general; y sus partidos también han sido continuamente re-elegidos.
Para estos otros líderes democráticos, Chávez es considerado parte de esta revolución de todo el continente que en las urnas transformó a Sudamérica, e incrementó las oportunidades y la participación política para las mayorías y minorías anteriormente excluidas.
Es muy probable la continuidad en Venezuela después de la muerte de Chávez, ya que su partido político tiene más de 7 millones de miembros y ha demostrado su habilidad para ganar elecciones sin tenerlo a él haciendo campaña durante los comicios locales en diciembre, donde recogieron cinco gobernaciones estatales para ganar 20 de los 23 estados. Es poco probable que las relaciones con Estados Unidos mejoren; el Departamento de Estado y el propio presidente Obama hicieron una serie de declaraciones hostiles durante los últimos meses de enfermedad de Chávez, indicando que no importaba lo que el próximo gobierno hiciese (presumiblemente bajo Nicolás Maduro), pues no había mucho interés por parte de Washington en mejorar las relaciones.
Mark Weisbrot es codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR), en Washington, D.C. Obtuvo un doctorado en economía por la Universidad de Michigan. Es también presidente de la organización Just Foreign Policy.