Ecuador y Bolivia muestran que los países pequeños en desarrollo sí pueden implementar políticas económicas independientes, defender sus derechos y ganar

10 Noviembre 2009

Mark Weisbrot
The Guardian Unlimited, 28 de octubre de 2009
En inglés

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Entre lo que escuchamos como sabiduría convencional a diario, y proveniente de los medios de negocios es que los países en desarrollo deberían sacrificarse para crear un ambiente favorable para las corporaciones internacionales, seguir los consejos de la política macroeconómica ortodoxa (neoliberal), y esforzarse para lograr una calificación de grado de inversión para su deuda soberana, para poder atraer más capital extranjero.

Adivina cuál país tienen previsto lograr el crecimiento económicas grande de las Américas este año. Bolivia. El primer presidente indígena del país, Evo Morales, fue elegido en 2005 y tomo su puesto en enero del 2006. Bolivia, el país más pobre de Sudamérica, había estado operando bajo acuerdos con el FMI por 20 años consecutivos, y tenía un ingreso percapita más bajo de lo que había tenido 27 años antes. Evo mandó el FMI a que empacaran sus maletas sólo tres meses después de haber tomado su puesto como Presidente, y tomó medidas para nacionalizar la industria de hidrocarburos (mayoritariamente gas natural). Sin lugar a duda, esto no le cayó muy bien a la comunidad de corporaciones internacionales. Ni tampoco la decisión de Bolivia de retirarse del panel internacional de arbitraje (ICSID), que tenía la tendencia de resolver litigios a favor de corporaciones internacionales y en contra de los gobiernos.

Pero la re-nacionalización de hidrocarburos en Bolivia y el incremento en regalías le ha dado al gobierno miles de millones de dólares en ingresos adicionales (el PIB de Bolivia es de solamente alrededor de $16.6 mil millones, con una población de 10 millones de personas). Estos ingresos han sido útiles para un gobierno que quiere promover el desarrollo, y especialmente para mantener el crecimiento económico durante la recesión. Las inversiones públicas han incrementado desde un 6.3 por ciento del PIB en 2005 a 10.5 por ciento en 2009. El crecimiento de Bolivia durante la crisis mundial es todavía más impresionante ya que sufrió mucho por los precios caídos en los exportes más importantes de Bolivia – el gas natural y los minerales, y también por una pérdida en preferenciales para el exporte al mercado de Estados Unidos. La administración de Bush le quitó a Bolivia los preferenciales para el comercio que obtuvo bajo la Ley de Promoción Comercial Andina y Erradicación de la Droga (ATPDEA), supuestamente para castigar a Bolivia por no cooperar lo suficiente en la “guerra en contra de las drogas.” En realidad, fue más complicado: Bolivia expulsó al embajador de Estados Unidos después de haber encontrado evidencia de que el gobierno de Estados Unidos estaba apoyando la oposición al gobierno de Morales, y la revocación de la ATPDEA ocurrió poco después. En cualquier caso, hasta este momento la administración de Obama no ha cambiado las políticas de la administración de Bush hacia Bolivia; pero Bolivia ha demostrado que puede avanzar con o sin la cooperación de Washington.

El Presidente izquierdista de Ecuador, Rafael Correa, es un economista quien mucho antes de haber sido elegido en diciembre del 2006, había entendido y escrito sobre las limitaciones de la dogma económica neoliberal. Él tomó su puesto en 2007, y estableció un tribunal internacional para examinar la legitimidad de la deuda del país. En noviembre del 2008 la comisión encontró que parte de esa deuda no fue contraída de manera legal, y en diciembre Correa anunció que el gobierno iba a optar por un incumplimiento del pago de más o menos $3.2. miles de millones de su deuda internacional. Correa fue vilipendiado en los medios de negocios, pero el incumplimiento de la deuda fue un éxito. De esta manera Ecuador borró un tercio de sus deudas y pudo comprar la deuda a más o menos 35 centavos del dólar. La calificación crediticia sigue baja, pero no más baja de lo era antes de la elección de Correa – y hasta subió un poco después de que la compra de la deuda fue completada.

El gobierno de Correa también contrajo la ira de los inversionistas extranjeros cuando re-negoció los detalles de sus acuerdos con empresas petroleras extranjeras para capturar una porción más grande de las ganancias, esto mientras que los precios del petróleo subían. Y Correa pudo salir de debajo de la presión de Chevron y sus poderosos aliados en Washington para que querían que él dejara de apoyar el juicio en contra de la empresa por la contaminación masiva de aguas frescas, con daños que pueden superar $27 mil millones.

¿Cómo le ha ido a Ecuador? El crecimiento ha tenido un promedio de 4.5 por ciento durante los primeros dos años de Correa. Y el gobierno se ha asegurado de que las ganancias se han redistribuido: el presupuesto social para atención médica, como porcentaje del PIB, se ha duplicado, y gastos en el presupuesto social se han expandido considerablemente, de 5.4 por ciento a 8.3 por ciento del PIB, en dos años. Esto incluye la duplicación del programa de transferencia de dinero a las familias pobres, un incremento de $474 millones en gastos sociales para viviendas y otros programas para familias de bajo-ingreso.

Ecuador sufrió con la caída de 77 por ciento en el precio de sus exportaciones de petroleo desde junio del 2008 y febrero del 2009, tanto como una caída en las remesas que recibe de otro países. De todas maneras, ha podido enfrentar bastante bien las dificultades. Otras políticas no ortodoxas, además del incumplimiento en el pago de la deuda, han ayudado a que Ecuador pueda crear estímulos para su propia economía sin poner en peligro sus reservas. La moneda de Ecuador es el dólar, así que eso significa que el país no puede utilizar políticas de tasas de cambios y la mayoría de de políticas para implementar políticas contra cíclicas durante una recesión – una importante desventaja. En ves de esto, Ecuador pudo firmar acuerdos con China para un avance de un pago de mil millones para petróleo y además otro préstamo de mil millones de dólares. El gobierno también ha empezado a requerir que los bancos devuelvan partes de sus reservas en el extranjero, lo que espera regresarle al país $1.2 mil millones, y ha empezado a devolver $2.5 miles de millones en reservas del Banco Central que estaban en otros países, para poder financiar otro programa de estímulo fiscal. El crecimiento de Ecuador probablemente llegará a ser de 1 por ciento este año, lo que es bastante bueno, cuando visto en relación al resto del hemisferio. México, al otro lado del espectro, esta proyectado a tener una caída de 7.5 por ciento en su PIB para el 2009.

El patrón del lo que se reporta, y hasta los análisis cuasi-académicos, sobre Bolivia y Ecuador dicen que estos son víctimas de gobiernos populistas, socialistas, “anti-Americanos” – alineados con Hugo Chávez de Venezuela, y con Cuba, por supuesto- y en camino a la ruina. Es verdad que ambos países tienen muchos desafíos por venir, los más importantes de estos van a ser de implementar estrategias económicas que pueden diversificar y desarrollar las economías a largo plazo. Pero estos han empezado bien, hasta ahora, al darle a la sabiduría convencional del establecimiento económico y de política exterior – en Washington y en Europa- el respeto que se han ganado.


Mark Weisbrot es codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR), en Washington, D.C. Obtuvo un doctorado en economía por la Universidad de Michigan. Es coautor, junto con Dean Baker, del libro Social Security: The Phony Crisis (University of Chicago Press, 2000), y ha escrito numerosos informes de investigación sobre política económica. Es también presidente de la organización Just Foreign Policy.

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