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14 de mayo, 2013
Reformas han permitido Ecuador a aguantar la recesión global, reducir la pobreza y la desigualdad
Para publicación inmediata: 14 de mayo, 2013
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Washington D.C.- Un informe publicado en inglés en febrero, pero recien disponible en español, del Centro de Investigación de Economía y Política (CEPR) examina las reformas del sector financiero hechas por la administración de Rafael Correa, y concluye que las reformas son en gran parte responsable por el éxito económico de Ecuador en los últimos años, incluyendo sus políticas para contrarrestar la recesión global después de 2008. El informe, “El ‘New Deal’ de Ecuador: Reforma y regulación del sector financiero,” analiza la toma de control ejecutivo del Banco Central, el aumento de las restricciones a los flujos internacionales de capital, la imposición fiscal al sector financiero, y otras reformas regulatorias. El informe concluye que estos han desempeñado un rol fundamental en el fuerte crecimiento económico de Ecuador, el aumento de los ingresos del gobierno, un sustancial descenso en la desigualdad y el desempleo, y otras mejoras en los indicadores económicos y sociales.
Ecuador tuvo sus elecciones presidenciales el pasado 17 de febrero. Días antes ya era casi seguro que Correa sería elegido. Unos días previos a la elección Reuters reportó que Correa tenía “tuna ventaja de hasta cincuenta puntos porcentuales por encima de su competidor más cercano en las encuestas de opinión.
“Ecuador ha ido en contra del sentido común convencional y ha mostrado que hay alternativas,” dijo el co-director de CEPR y primer autor del informe, Mark Weisbrot. “Por seguir políticas que han priorizado el desarrollo económico, el empleo, y la reducción de pobreza antes de los intereses financieros y extranjeros, Ecuador ha superado a algunos de los problemas que anteriormente lo había impedido progresar, y que han obstruido el progreso en otros países.”
El informe concluye que antes del trimestre final de 2012, el desempleo había caído a 4,1 por ciento, su nivel más bajo registrado (al menos en los últimos 25 años), mientras la tasa de pobreza nacional cayó al 27,3 por ciento en diciembre de 2012, 27 por ciento menos que su nivel en 2006.
El informe encuentra que reformas financieras contribuyeron significativamente a la subida sin precedentes de los ingresos del Gobierno, de un 27 por ciento del PIB en 2006 a más del 40 por ciento en 2012. Esto no sólo permitió una política fiscal expansiva, sino también un fuerte aumento en el gasto social. El mayor incremento se realizó en el área de la vivienda, pero también se produjeron incrementos significativos en salud y otros gastos sociales. El programa de transferencias monetarias más importante del Gobierno (el Bono de Desarrollo Humano) aumentó en una cuarta parte, y la financiación de la educación se ha más que duplicado, como porcentaje del PIB, desde 2006-2009.
El informe concluye que “lo que es más destacable es que muchas de estas reformas no eran ortodoxas o incluso iban en contra del saber establecido sobre lo que se supone que los gobiernos deben hacer para promover el progreso económico. La toma del control ejecutivo del Banco Central, el impago de un tercio de la deuda externa, el aumento de la regulación y de la imposición fiscal al sector financiero, el aumento de las restricciones a los flujos internacionales de capital, la gran expansión del tamaño y funciones del gobierno –estas son medidas que conducen, supuestamente, a la ruina económica. El saber convencional considera que lo más importante es agradar a los inversores, acreedores internacionales incluidos, y esto es algo que este Gobierno, claramente, no hizo.”
“A pesar de que no todas las reformas que se hicieron en Ecuador contradijeron las recomendaciones ortodoxas,” dijo Weisbrot, “la mayor parte de ellas sí lo hicieron, pero aun así triunfaron. Ne debe ser sorprendente que Correa haya sido un candidato tan popular.”
En el informe señala que “el éxito de Ecuador demuestra que un Gobierno comprometido con la reforma del sistema financiero, puede –con apoyo popular– enfrentar una alianza de poderosos y arraigados intereses financieros, políticos y mediáticos, y vencerlos. El Gobierno también desafió poderosos intereses internacionales con su impago de la deuda externa, en su renegociación de los contratos petroleros, y su rechazo a la renovación de la concesión de una de las pocas bases militares estadounidenses que quedan en Sudamérica.” Esto muestra que los países en desarrollo tienen una mayor, y potencialmente más exitosa, gama de opciones políticas disponibles de lo que generalmente se cree.
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